miércoles, 3 de febrero de 2021

Despidiendo a Chispa (mi vida, mi bebé)

 

Cuando llegaste a nuestras vidas, mis padres no saben en aquel instante los felices que nos harías en nuestras vidas, las risas que compartiríamos contigo, la cantidad de cariño que nos has dado, la educación que tenías al recibir a la visitas tras pasar la puerta de la calle a nuestro hogar.


Nos has dejado momentos inolvidables, sobretodo los que he vivido junto a tí, esos inviernos durante los fines de semana que yo no tenía que ir a ninguna parte y no tenía que madrugar, mi madre te bajaba y tú tras entrar en casa pegabas un grandísimo salto para entrar en mi cama, nos poníamos acurrucados dentro de mi cama unos 15 minutos, que para mí eran los mejores momentos 15minutos del día, eran momentos mágicos, donde solo estábamos tú y yo en silencio, porque no hacía falta nada más.


Otro momento que no olvidaré era cuando en el pasillo de casa jugábamos a la pelota y tú hacías de portero en el pasillo, cuando te hacía la puñeta en plan cariñoso y tú te desesperabas para que te lanzará la pelota y verte correr para ir a por ella y dármela para que fuera lanzada nuevamente.


Esas broncas cuando de forma breve teníamos que ir algún recado y no te podíamos llevar y estabas en casa , los ladridos que nos dabas por haberte dejado tan solo unos instantes solo, porque solo han sido para el ser hemano pequeños fragmentos, aunque para alguien tan especial como fuera una eternidad.


Siempre olías a las personas con el propósito, no solo por ser alguien curioso, valiente o reconocerlo en el archivador de tú memoria, era tú forma de saludar, de mostrar al otro que tenías interés en saber quien era.


Algo que me despierta mucho la curiosidad es que a veces mi hermano te llevaba suelto a pasear por el pueblo, se sentaba un rato con alguien a charlar y cuando te cansabas de estar sentado, tú de memoria sabías la forma de llegar a casa solo, tan solo tenías que empujar la puerta para poder pasar al que es y será siempre tú hogar y la gente del pueblo le decía a mi madre que había visto el perro solo por el pueblo y todos teníamos la tranquilidad de saber que sabías el camino, de que ibas a volver a casa.


En alguna ocasión cuando veías que mi madre estaba tendiendo en el pueblo y la puerta principal estaba cerrada, entrabas por la puerta del garaje y con toda la alegría que tanto te caracterizaba ibas a buscarla subiendo todas las escaleras hasta llegar al segundo piso corriendo como si no hubiera un mañana.


Todavía recuerdo hoy el día que nos echamos esa foto en el fronton del pueblo cuando tan simplemente eras un cachorro enamorado de la vida.


Llevo dos días llorando, porque sé que ha llegado el momento de despedirnos, pero no quedarás en el olvido llenaremos ese álbum con todos tus buenos momentos que nos has hecho vivir hasta el último suspiro y he de confesar que mi mayor miedo se ha hecho hoy realidad y era perderte. Eres y serás la persona más especial de toda mi familia. TE QUIERO CHISPA.


Solo pido una cosa, cuando llegue mi turno, si queda algo de ti, que lo entierren junto a mi


( 14/3/2003 – 3/2/2021)

Chispa

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